Tal vez no hayas oído sobre el “Greenwashing” y no conozcas las implicaciones negativas que tiene para el medio ambiente y los mercados verdes sostenibles. En este artículo te contamos de qué trata y qué podemos hacer frente a este fenómeno.
¿Qué es?
El greenwashing es una práctica en la que empresas o marcas se presentan como ambientalmente responsables sin serlo realmente, usando estrategias de marketing para parecer “verdes” o sostenibles, cuando en realidad no implementan acciones significativas o reales en pro del medio ambiente. Según el periódico El Tiempo, el nombre está ligado al término “whitewashing” que significa, blanqueo de imagen, un término común en marketing. Este fenómeno suele hacerse presente con símbolos ecológicos que usan empresas en sus empaques pero sin ser certificados realmente.


¿Cómo afecta a los productos campesinos?


El greenwashing crea una desigualdad notoria en el mercado, las empresas con más poder adquisitivo pueden apropiarse del discurso de la sostenibilidad y desplazar a los productos realmente sostenibles, como los producidos por campesinos, que sí cuidan el territorio y producen de manera consciente pero no tienen los recursos para grandes campañas de marketing, además, desvalorizan el trabajo del campesino, ya que como no usan prácticas sostenibles ni responsables, pueden vender productos industrializados a menor precio, haciéndolos pasar por sostenibles, lo que amenaza directamente los mercados locales y los proyectos de pequeños productores de expandirse comercialmente en otros territorios.
¿Qué hacer frente a ello?
Una acción importante es fortalecer la visibilización de productos campesinos, contando sus historias, procesos y territorios, promoviendo una educación al consumidor para que aprenda a identificar prácticas reales de sostenibilidad, y no ser excluyentes con los pequeños productores que tal vez no cuenten con la posibilidad de certificar aún su emprendimiento, visibilizando sus procesos de trabajo, podemos ayudar a fortalecer y promover los verdaderos emprendimientos sostenibles.
Fuentes: El Tiempo, The New York Times.